Borjalona

No paré ni un segundo durante mis cinco días en Madrid. Cada vez aprovecho más los viajes, me organizo mejor y hago más cosas interesantes, disfrutando de mi ciudad como un turista más, pero con conocimiento de causa. Me avergüenza reconocer el lugar común de «no valoras lo que tienes hasta que lo dejas de tener», pero es una verdad como un templo en este caso. Hay un montón de actividades, centros culturales y planes en Madrid de los que, mientras vivía allí, pasaba. Ahora hago todo con un hambre voraz, una inquietud interna que me encanta.

El jueves, a falta de planes amiguiles (obviamente, estaban trabajando), me lancé a las calles con la intención de ver unas cuantas exposiciones. Y tuve la suerte de elegir tres que me parecieron muy bien las tres. Las recomiendo. Y, como suele ser habitual por estos lares, todas son gratuitas.

Primera Parada: CaixaForum. Teotihuacan. Ciudad de los Dioses.

Hacia lo desconocido: no tengo ni idea de la cultura maya, más allá de la vergüenza de pertenecer a la historia de un país que fue el principal causante de su desaparición. Aunque todavía queden vestigios en la actual cultural mexicana (y algunas regiones centroamericanas), poco se sabe de esta civilización. Y yo, que ni idea de la América precolombina, menos.

Tengo que reconocer que me sorprendió el enorme misterio en torno a la Ciudad de los Dioses, Teotihuacan. Este misterio está reflejado en la propia exposición, que nunca da nada por sentado, más bien ofrece las hipótesis que han aparecido en los análisis y descubrimientos arqueológicos.

Picueto me quedé con las representaciones de jaguares, la adoración a las serpientes con plumas y la extraña manera de organización social, donde los gobernantes eran secretos y no podían hacer pública su condición de jefes políticos. La exposición recorre tanto la organización de la vida pública, política y social como los aspectos cotidianos, privados y religiosos de los hogares, sin dejar de lado las influencias recibidas de otros pueblos y el impresionante final, donde se relata la destrucción de una ciudad próspera pero corrupta. Muy muy recomendable, de lo más bonito que he visto.

La exposición estará hasta el 13 de noviembre.

Segunda Parada: Fundación Mapfre. Yves Saint Laurent.

No me entero de nada de moda, no sé de cortes, tejidos, caídas, vuelos, ni nada, y ya había visto alguna exposición de trajes (en el Albert & Victoria Hall) y no me había encandilado demasiado. Probablemente el hecho de que la iluminación sea tenue y que las explicaciones fueran escasas contribuyó a que me dejara algo frío ver trajes uno detrás de otro. Por eso, me acerqué al universo del célebre modisto francés con cautela y escepticismo. Mi sorpresa fue encontrarme con una revisión de medio siglo XX, una reflexión no sólo sobre la(s) moda(s) y tendencias en el vestir, sino también sobre la sociedad de las últimas cinco décadas, el arte moderno y contemporáneo y de la liberación de la mujer.

Desde sus inicios en Dior, donde revolucionó la alta costura inspirándose en la calle, la retrospectiva cubre toda su trayectoria, incluyendo sus colaboraciones con el cine. Poco complaciente, también tienen cabida sus (escasos) fracasos, sus opiniones sobre la contemporaneidad y sus influencias más directas.

Especialmente brillante es el rincón de Catherine Deneuve, quizá porque el cine me es más cercano, en el que podemos admirar los modelitos que YSL ideó para la estrella francesa más importante de la historia en películas como Belle de Jour. El vestuario ayuda a la trama y al desarrollo del personaje, y por si no queda claro, son presentadas algunas escenas clave del filme de Buñuel. Catherine Deneuve, desde mediados de los 60, se convirtió en una de las perchas más utilizadas por YSL, amén de una de sus mejores amigas.

La sala dedicada a la relación del modisto con el arte también es una maravilla que refleja el genio de YSL. Prendas que parecen Van Goghs, el mitiquísimo vestido Mondrian,  inspiraciones picassianas… un lujo para los sentidos.

También están muy chulas las fotos que se hizo en pelotas para promocionar uno de sus perfumes para hombre, algo que, sin duda alguna, ha servido a otros para lucirse.

No me quería explayar mucho, pero realmente es una exposición muy completa y con poco (o nada) desechable, que puede gustar a todos los públicos tanto como a los fans de la moda. Me dejo en el tintero su colección-fracaso de 1972 que acabaría marcando la moda posterior, el vídeo de su último desfile, la recreación de su estudio, la revolución del pantalón femenino y el acercamiento a la alta sociedad, pero no cabe todo.

La exposición estará hasta el 8 de enero de 2012.

Tercera Parada: La Fresh Gallery. Juan Gatti. Ciencias Naturales.

Por increíble que parezca, esta es la primera exposición individual de Juan Gatti. Y, como no podía ser de otra manera, ha sido la galería más taquillera de Madrid la que se ha rendido al talento del artista argentino, una figura ya prácticamente histórica. Quizá más célebre ahora por su aparición en el reality del año, Gatti se ha movido siempre por el pop más rutilante y cargado de color, amén de haber currado en muchísimas publicaciones. También alcanzó cotas de fama altas con los carteles de las últimas pelis de Almodóvar, la portada de la astracanada de Fangoria o la invitación al Baile de la Rosa dedicado a la movida madrileña. Vamos, sin salirse del mismo universo todo.

La expo se compone de lienzos basados en los dibujos de los libros antiguos de anatomía, en la misma línea que el cartel que realizó para La Piel que Habito (y que finalmente no se utilizó en España). Son calcos en su mayoría, pero no resta belleza y saber hacer, tirando de pop y fantasía. Una gozada que además no roba más de 15 minutos, ya que es pequeña.

En principio la exposición terminaba este viernes 21, pero debido al éxito han ampliado una semanita más, hasta el 28… ¡darse prisa!