Ahora mi casa es mi lugar de vacaciones. Algo raro, pero lo disfruto mucho. Ahora tengo tiempo de hacer lo que antes no podía: caminar por la ciudad durante el día, ver a mi familia, ir a fiestas a deshora, apuntarme a un bombardeo… En fin, un lujo.
Eso sí, también me ha ocurrido algo raro: echo de menos Barcelona. Y solo llevo 4 días aquí.