Este año, el Orgullo LGTBI está dando titulares por doquier, sobre todo por los eventos de Madrid. Parece que los organizadores de las fiestas se han quitado la careta sin tapujos y han dado el paso que llevan años intentando dar para acabar con la reivindicación y convertir el 28 de junio en un festival mundial en el que importa el dinero recaudado, la cantidad de fiestas organizadas, el cartel de artistas (que se repite año tras año) y que se una gente que jamás había pasado por allí. El tema de los jueces de Masterchef dando el pregón fue una especie de puntilla a todo esto, y la realidad que se ha encontrado AEGAL es que la lucha que se han intentado cargar está reavivándose y contesta más fuerte que nunca.
Todo esto, que no voy a contar en detalle porque pasó hace una semana y llego tardísimo, encendió la mecha para manifestarnos más que nunca, más alto, más fuerte y sin mediación del capitalismo feroz que nos quiere convertir en su producto. Y ni siquiera: quiere convertir en su producto todo aquello que sea aceptable, que respete unas normas estéticas, sociales y de buen gusto. No nos quieren gordas, ni feas, ni no binarias, ni obreras, ni no blancas. Así que allí nos plantamos el sábado pasado en la manifestación «alternativa», la que debería ser la oficial, la que defiende nuestros derechos y pide ampliarlos a otras personas, la más inclusiva y sincera. Me contaron que había más gente que otros años, a pesar de que no se pudo llenar la Plaça Sant Jaume. Pero no pasa nada. Se hizo ruido, se hicieron minutos de silencio (por Orlando, por Juan Andrés Benítez), se bailó, se gritó. La marcha arrancó en Universitat a las 18:30 y el ambiente era alucinante. No sé si por estar fuera de la realidad o por ser ya algo viejitos, nos encantó ver a tanta gente joven participando, y la diversidad de las pancartas llegaba a la emoción. Allí estaban representantes de partidos y sindicatos (no vi a los partidos grandes, les debe dar miedo que se les asocie con queers musulmanes, asexuales o poliamorosos) y familias. Jóvenes y mayores, personas trans, discapacitados, mujeres, hombres, maricones, bolleras, bisexuales… Una maravilla. La verdad es que además de emocionante fue divertido.
Esta semana volveremos a disfrutar de las actividades y las fiestas (Fire!, cabalgata, Moll de Fusta), esta vez con el deber cumplido, y sin olvidarnos en ningún momento de la lucha.
Dejo algunas fotos de lo que disfrutamos el sábado pasado.
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