Suegras

Hace dos domingos estaba solo en casa, tirado en el sofá por la mañana, y mientras desayunaba puse la tele y me encontré con un programa de refritos y cosas viejas de Antena 3 llamado Los Más… Una especie de found footage (qué generoso estoy hoy) en el que te mezclan de todo bajo temáticas: los más graciosos, los más emotivos, los más valientes. En uno de esos bloques temáticos me perdí de qué iba, pero lo pillé en seguida: era una recopilación de chistes de suegras de ayer y hoy (había algunos de Chiquito de sus inicios en Antena 3 y también de ese engendro más o menos reciente llamado El Club del Chiste).

Yo no conozco a mi suegra porque vive lejos, pero he hablado con ella por teléfono, nos seguimos en Instagram y me parece una persona estupenda, a la que nunca podría odiar, ni siquiera mirar mal o pensar algo negativo. Sé que mi madre, como suegra, es muy querida y se lleva bien con toda la familia política que le metemos en casa. Y, a mi alrededor, tengo la sensación de que las relaciones suegra/nuera o yerno son normales, algunas mejores que otras, pero casi todas cordiales y sin grandes estridencias. Y entonces me puse a pensar en el mito de la suegra: ¿de dónde viene? ¿está basado en hechos reales? ¿ser suegra te convierte en un monstruo o es un estereotipo (femenino) más?

La representación de este mito de la mujer-ogro se sostiene bajo algunos elementos del Pleistoceno: por lo general son malas con las nueras, que les han quitado a sus hijos, y harán todo lo posible por separar ese matrimonio. Una situación inaceptable, pues ellas, según esta representación, están en el mundo para servir a su hijo varón y de repente llega una tipeja y le quita sus funciones, porque cuando un varón se casa sigue sin saber hacer nada y necesita que su nueva esclava le haga lo que le hacía su anterior esclava, pero esta vez con el plus de sexo más o menos frecuente. Una situación perfecta para hacer chistes y humor opresivo: mujeres, hombres inútiles, sexo, matrimoniadas, viejas, esclavitud, roles del siglo pasado, machismo…

Todo esto se me ocurrió, sí. Pero luego caí en que no solo el humor de los programas perpetúa estos estereotipos. Una vez más, la publicidad entra en acción y pone su granito de arena para hacer bromi con las suegras, esos seres malvados. Para no ser demasiado obvios, el truco está en cambiar un pequeño detalle: que sea la madre de ella. En este caso, el marido no puede soportar la presencia de una mujer mayor, porque da por hecho que por cuestiones de educación no va a poder mangonearla, o porque por defecto suelen ser señoras insoportables, o vete tú a saber qué. De los recientes, para mí el más fuerte es el de Sanytol, que directamente convierte a la suegra en un robot del mal rollo. En este caso el mito de la mujer protectora no está, porque es la madre de ella, pero está ahí para controlar el matrimonio y ser la guardiana de la limpieza, el orden y la casa en general:

En este otro de Frenadol también es la madre de ella. Y la historia se las trae: resulta que estás enfermo y Frenadol puede solucionarte esto. La mujer le dice que vendrá una joven lozana (la canguro de los niños) a pasar la tarde, así que él se piensa si tomarse el Frenadol o no. Joder, una gachí en casa y sin la parienta controlando. Pero, como no, el machito no había dejado que su mujer terminara la frase. Resulta que la canguro postadolescente tenía otros asuntos y al final vendrá la suegra. Él no lo duda: se toma el Frenadol, como diría mi madre, a velocidad de pedo.

No era la primera vez que la misma marca utilizaba la misma treta:

En este de Nescafé dan (de aquella manera) la vuelta: la opinión del yerno no cambia, piensa que su suegra es una pesada y que no para de tocar los cojones. Pero al final, plancha para él.

Volviendo a ahora mismo, tan de ahora que no está colgado en Youtube, Citröen ha hecho una campaña basada en el optimismo: varios spots muestran a gente reaccionando muy bien a situaciones adversas y al final descubrimos que es porque han estado en un concesionario de Citröen y la vida es bella después de la experiencia. Por supuesto, no falta la historia del tipo que le da igual estar con su suegra, porque es optimista. En ella, la mujer le dice al marido, cauta y medio asustada, que su madre tendrá que pasar unos días con ellos porque está de reformas en casa. El marido ha estado en un concesionario Citröen antes y ve la vida con otros ojos, así que le da igual sufrir a su peor enemiga durante unos días, es más, le apetece mucho. Pondría el vídeo, pero la marca no lo ha colgado en su cuenta de Youtube. Pero juro haberlo visto, al menos, dos veces. Y no tengo carnet de conducir.

 

Todo esto se me ocurren los domingos por la mañana.

 

 

Comments
3 Responses to “Suegras”
  1. jabolka dice:

    Te aseguro que las suegras odiososas existen. Yo tengo en la mía un claro ejemplar del modelo «controladora con cara de angel». Lo que daría por tenerla a miles de klómetros… Bruja

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  2. Concepción dice:

    Hola Borjalona!

    Bajo mi punto de vista, y siempre hablando desde mi experiencia (que para nada es una verdad absoluta) el fenómeno de las suegras tendría más que ver con un modelo de madre controladora (castrante si quieres) que una vez que su hijo o hija alcanza la mayoría de edad, no entiende que es una persona adulta, libre y responsable de sus actos, y por lo tanto de sus errores. Este modelo de madre (en este caso porque hablamos de suegras) no sería capaz de establecer una relación madre-hijo/a adulta, estableciendo una relación de tutela aún durante la etapa adulta de sus hijos, ya que sería incapaz de comprender que su hijo/a es una persona autónoma con derecho a elegir, y a vivir en libertad y responsabilidad. Esta actitud chocaría con aquellas parejas que pudieran tener sus hijos, ya que lógicamente a nadie le gusta que decidan por él en aspectos tan íntimos como las decisiones que afectan al seno de la pareja.

    Por otro lado me gustaría decir que este tipo de actitudes paternalistas basadas en la no aceptación de la libertad de los otros, y por lo tanto en la necesidad de una tutela es extremadamente común. Se puede dar entre padre-hijo o padre-hija (es interesante señalar que el sistema no ha producido una figura análoga a la suegra gruñona pero con una figura masculina, lo cual sí que me parece un reflejo del machismo propio del sistema). Se da muchísimo en política, sobre todo entre la derecha, y en otros muchos aspectos de las relaciones humanas (amistad, la propia pareja, relación jefe/a-empleado/a). En mi opinión estos hechos están mucho más relacionados con la falta de reconocimiento de la libertad del otro como algo intrínseco a la persona con la que nos relacionamos que con cuestiones de género.

    Por lo tanto me parece un error calificar el estereotipo de la suegra de algo machista. Más bien me parece que es la manifestación de lo que he dicho anteriormente en las relaciones madre-hijo/a-pareja del hijo/a. Otra cosa es todo lo que el sistema genera basándose en el estereotipo de suegra-mujer mandona, pero más parece una construcción a posteriori (una cuestión de racionalismo empírico, también muy simplista y propia de la sociedad de consumo) que de un hecho basado en una realidad tangible.

    Muchas gracias!!

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  3. yellowsnow77 dice:

    Yo sé de una nuera que es una hija de perra con su suegra.

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