Científicas y sexies

Le he cogido el gusto a la página de Facebook de Borjalona (pronto dedicaré un especial a Facebook por aquí) y, como actualizar se hace complicado a veces, cuando veo algo indignante o digno de admirar, pues lo coloco ahí con un pensamiento rápido. Una manera efectiva para provocar participación, soltar ideas y ver qué se cuece más allá de esta página. Así que ahora, además de usarla como forma de compartir las entradas del blog, le estoy dando un carácter más abierto. Invito a quien quiera a pinchar en el cuadrito de Facebook de la derecha y darle a Me gusta, que es gratis y rápido. 🙂

Y una de esas publicaciones off-blog fue esta.

11393077_813080788800070_1749142395830145980_n

El miércoles, de buena mañana, abrí Twitter para saber qué indignaciones había y me crucé con un recorte de la edición impresa de The Guardian (creo) en el que recogían unas declaraciones de Tim Hunt. Soy hombre de humanidades y de pop, así que no sabía quién era Tim Hunt. Ganó el Nobel de Fisiología/Medicina en 2001 por descubrir unos jaleos que pasan en las células. Supongo que, si le reconocieron eso, su aportación será enorme, así que congratulations, Tim. La cosa es que le invitaron a dar una charla en Corea del Sur ante científicas y, ni corto ni perezoso, decidió que ese era el foro adecuado para soltar unas ideas sobre los científicos y las científicas. Dijo, literalmente, que tener a científicas en los laboratorios trae 3 problemas: que se enamoran de ti, que te enamoras de ellas y que lloran. Se quedaría a gusto, el tipo.

Después, leyendo algo más, vi que además proponía que se segregaran los laboratorios por sexos. Aparte de la barbaridad obvia, me alucina que un científico reduzca todo a los binarismos hombre/mujer y se olvide, además, de que existen personas homosexuales, pansexuales, bisexuales, asexuales, otras que no se definen por su sexo biológico, o que directamente no están cómodas en las acepciones de hombre y mujer, o que son trans*…  Imagino que un hombre que guste de ayuntar con otros hombres tampoco tendría cabida en su laboratorio (ya saben, por si se enamora), pero tampoco debería tenerla en el de mujeres (porque igual una ingenua se enamora de el maricón y se echa a llorar). Ya sin son mujeres que ayuntan con otras mujeres da igual, porque Tim Hunt no tendría que verlas (aunque, probablemente, querría, como mandan su canon heteropatriarcal). Así podemos hacer combinaciones de cosas que horrorizarían al Premio Nobel sin parar.

Estas cosas tan graves que ha dicho le han costado ya su puesto honorífico como profesor en la University College of London. Y, lo mejor de todo, una reacción de científicas de todo el mundo que han usado el humor como respuesta de una manera brillante, reivindicativa y con mucha mala baba que ha servido para poner en el mapa el problema de las mujeres y la ciencia y para que entren ganas de volver a la universidad y cambiar el itinerario por la biología. Se han organizado bajo el hashtag #distractinglysexy (algo así como «tan sexy que distrae«) en el que han compartido su día a día como científicas: cortando corazones, excavando, trabajando en el mar… La bola se está haciendo más grande cada día y ya hay hasta vídeos humorísticos grabados a propósito del cenutrio este. Este de Facebook me ha chiflado.

 

 

Solo me queda decir: arriba internet, arriba las científicas y abajo los machirulos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: