8 discos LGBTI de 2018

Sigo con las entradas del mes del orgullo con recomendaciones de discos para escuchar estos días, que siempre hago listas y eso es muy fácil. Había pensando filtrarlas por artistas abiertamente LGTBI, pero ahí no cabía Cupcakke y he cambiado de idea 🙂 El resto sí que pertenecen al colectivo desde varias identidades, es una selección bastante inclusiva y variada. Se han quedado fuera, por no tener tiempo de escucharlos como debería, los discos de serpentwithfeet, que pinta lujazo r’n’b y el de Papaya, que quería analizarlo un poco más porque no lo tengo tan claro, mientras que he descartado dos discos chilenos porque sobre la mesa pintaban fenomenal pero me han dejado un poco frío: Francisco Vitoria es un discípulo de Alex Anwandter (que lo produce) que se queda un poco en wannabe y Espejo de Javiera Mena es una de las penas más grandes de este año para mí, porque no me ha enganchado casi y le he dado muchas oportunidades. Ojalá dentro de un tiempo me flipe, porque a Javiera la amo sobre todas las cosas, es la primera vez que me pasa esto con ella. En este enlace están todos los discos en una sola lista, y debajo de cada párrafo el disco en cuestión.
Cupcakke – Euphorize
«Man got a man, that’s what’s up! (that’s what’s up!)
Love is love, who give a fuck? (give a fuck!)
Girl on girl, they like «yup»
But when it’s man on man they like «yuck»
Motherfuckers need be go on with that shit
Bitch, we ain’t playin’ along, ain’t no skits
Drag shows be so bomb and so lit
Throwin’ wigs in the air, ping-pongin’ that shit (catch it)
Lesbian, gon’ head and eat it
Get the dildo and Michael Jackson – Beat It
Get that pussy upset, get it heated
I might try since my middle name Eden
Gay guy brave takin’ anal
When it cum that’s a volcano
Tell her that the dick gives you lingo
Then curve that bitch like a rainbow»
No había oído hablar de Cupcakke nunca, a pesar de que Euphorize es su tercer disco y de que ya tuvo un underhit hace un año con LGBT. Llegué a ella a través de mi amigo Fer, que siempre está atento a todo, cuando me pasó Crayons y la definió como el himno LGTB de 2018. Y no le faltaba razón. La canción es muy muy pegajosa, con riff de viento tipo Mi Gente y base reggaetonera y una letra que mola todo y que es básicamente un canto a la alianza al colectivo de una mujer hetera. El disco entero está genial, su propia experiencia es también de lucha y muy cercana al colectivo: mujer negra, cuerpo no normativo, pobreza extrema. Lo cuenta todo en el disco, sin dramas ni victimismo, con canciones graciosísimas sobre sexo, pollas, dildos, dibujos animados, hacerse pajas… Es el primer disco que escuché este año y creo que de momento es mi favorito.
Putochinomaricon – Corazón de cerdo con ginseng al vapor
«Puto chino maricón, la gente por la calle me llama así
No me robes mi trabajo, vete a tu puto país
Vete a la mierda, porque yo me quedo aquí»
Otra maravilla de este año, desde Madrid. Chenta Tsai está un poco en pleno hype, tocando mazo, haciéndose famosa underground. Y lo mejor de todo es que lo hace con un mensaje tan simple como novedoso (en la forma): realmente sus canciones parecen textos de internet o tuits sobre racismo, normatividad, procrastinación, bullying, millennialismo, no cuenta nada que no podamos ver en nuestros timelines cada día, pero lo hace muy bien, mezclando a Blood Orange con la PC music, con aires vaporwave incluso, y con tecnopop de toda la vida. Como siempre, agradezco mucho el humor y la inteligencia, las canciones cortas y la variedad. Falta uno de sus hitazos marikas, Marika pika pika, pero no hace falta.
Las Bajas Pasiones – Rizomas salvajes
«Quién me ve y quién me ha visto
Estoy pensando entre besarte o pegarte un mordisco
Ayer fuiste mi nirvana pero hoy mis clavos de Cristo
Y de aquí a poco desisto
Me pasé con la droga y tú te pasaste de listo
Si quieres te olvido, tranqui, me ducho y me visto
Tu estilo de abandonarme fue tan característico
Que entiende que si nos cruzamos sea tan arisco
[…]
Siempre llego tarde, solo quedan restos
No me mirabas a mí, vaya chasco
Nada es lo que parece, estoy fuera de contexto
No es a ti, es a tu padre a quien tiro los trastos
Por el pelo de tu pecho pasto
Lo que tengo te lo juro que por ti lo gasto»
Soy plenamente consciente de que estoy perdiendo facultades para enterarme pronto de las cosas, y la verdad es que a Las Bajas Pasiones, aunque apenas tengan un año de vida, he llegado tarde. Tarde al crowdfunding, y tarde a sus canciones. Lo estoy arreglando, los he visto 3 veces en 2 meses, y estoy completamente enganchado a Rizomas Salvajes. Una de las cosas que más me flipa de haberme enganchado a este disco es que sobre papel tiene muchas cosas que en principio no me gustan de primeras (rap, canción de autor) pero me enamoró a la primera escucha. No olvidaré tampoco esa primera escucha porque hacen una versión de Padre de Javier Álvarez (¡con la participación de él!), que es una de las canciones más importantes de mi vida por muchas razones que no vienen al caso. Me sorprendió y me afectó. Las letras del disco me parecen alucinantes, casi me dan envidia, cuentan muchas cosas cotidianas muy bien contadas, con la cantidad justa de poesía e inmediatez, montando historias de temática marika poco cursis y complacientes. Tiene estribillos que se quedan para siempre y que cada vez que suenan dan ganas de cantarlos en alto. Iba a enumerar mis preferidas, pero son todas (mentira, son Intentarlo y joderlo y Rizomas Salvajes).
Niña Dioz – Reyna
«¿Quién es la reyna de la jungla, eh?
¿Quién es la reyna de la fauna, ah?
Vengo con toda mi banda,
Ya sabes lo que se arma»
Niña Dioz es un poco la pesadilla perfecta de Donald Trump y el conservadurismo general: latina, migrada, bollera, lista, rapera. Es mexicana, vive en L.A. y ha sacado un disco que habla de sexo, de ser bollera, de ser latina, de clase, de protestar, de privilegios, de ser libre, de pasarla bien a golpe de verso y baile. Salsa y Tambalea son de las canciones que más gusto me da escuchar este año, que siempre me voy a las que me ponen la ritma en la cuerpa y que hablan de sexo de manera tan cerda y tan inteligente. Así yendo a lo fácil es un poco una Mala Rodríguez de ahora. Y colaboran diosas latinas tipo Ceci Bastida y Lido Pimenta. Una sorpresa.
Trixie Mattel – One stone
«Weirdness follows me wherever I go
Weirdness seems to know me even better than I seem to know myself
I’m someone else
Looking to the clock beside my bed
Am I really keeping time or is it only keeping me instead?
Go back to bed»
Hasta hace bien poco la trayectoria de las travestis de RuPaul’s Drag Race consistía en pasar por el concurso, esperar a que terminara la temporada y sacar un single machacón, poco cuidado, a veces ni cantado, solo recitado, apto para discos gay all over the world. Pero las cosas van cambiando y algunas se salen de su camino natural para abrazar otros estilos y otras propuestas. Trixie Mattel, aparte de ser una de mis favoritas (fuera del concurso, dentro MEH), ha puesto a disposición de su drag su manejo del country y ha montado una especie de Dolly Parton desdoblada y, si es posible, más excesiva, para un show que mezcla humor con canciones de countrypop la mar de solventes. One stone es su segundo disco y es una preciosidad, fácil y corto.
Janelle Monáe – Dirty Computer
«And nigga, down dawg
Nigga move back, take a seat, you were not involved
And hit the mute button
Let the vagina have a monologue
Mansplaining, I fold em like origami
What’s a wave, baby? This a tsunami
For the culture, I kamikaze
I put my life on a life line»
Si Niña Dioz tiene salsa, ella tiene juice. Janelle Monáe era ya una artista importantísima y única, pero Dirty Computer es algo así como su opera magna. Un disco que reinvindica lo negro, lo femenino y lo queer sin vergüenza, y que estilísticamente es lo que es ella: ecléctica, funky, sexy e inteligente. Me flipa cuando se pone rapera, Django Jane la puedo tener en loop horas. Es muy importante para la comunidad que artistas como ella se atrevan a salir del armario sin problemas y que dediquen sus vídeos y apariciones para dar golpes en la mesa. Los vídeos de Pynk y Make Me Feel son odas al coño y al lesbianismo maravillosas, necesitamos más.
Sophie – Oil of every pearl’s un-insides
But I think your inside is your best side
I never thought I’d see you cry
Just know whatever hurts, it’s all mine
It’s okay to cry (it’s okay to cry)
And even after all this time
Just know you’ve got nothing to hide
It’s okay to cry (it’s okay to cry)»
Joder, joder, Sophie. Me había flipado el adelanto del disco y después de verla en Sónar jugando con su cuerpo, dejándonos mirar pero no tocar, sacando a bailar y a cantar a mujeres al margen, dejándonos locos a base de luz y proyección, me quedé obsesionado con escuchar eso grabado. No llega al espectáculo de verla disfrutar sus propias creaciones, pero se acerca mucho. Me quiere recordar todo el tiempo a la Madonna de finales de los 80, principios de los 90, pero en un universo paralelo más oscuro, más enloquecido y más perverso. Immterial es un hit que no lo será, Faceshopping es pop raro, glitcheado y enfermo, el disco tiene baladones que te emocionan en modos no sentidos antes, los beats parece que quieren huir no sin antes darte un bofetón. Flipado me tiene.
Aja – In my feelings
«I stay getting fly like Amelia
Cruising on these bitches, me llamo Celia
Put my face on a coin, bitch, I’m Susan B
I’m the queen of the world I am Neferti-
Ti-na getting turnt like a boss
Leading The Supremes like my name Diana Ross
Monroe, Kennedy, Hillary Clinton
I’m the first lady played by Tilda Swinton
I’m winning, I’m Venus and Serena
Latina señorita imma channel Miss Selena
Imma put a spell on you
Annie Lennox or Nina
I got so many diamonds you should call me Miss Marina»
Otra travesti de RuPaul que ha venido a sorprender, tomando como base sus raíces negras y latinas para hacer un rap bastante agresivo. Se desdobla en mujer y hombre para lanzar amenazas, autoafirmarse y soltar conjuros de bruja. Un EP que no tiene vocación de baile, ni falta que le hace.