7 cosas que hacer durante el mes del Orgullo (y que pueden convertirse en hábitos)
Posted by Borja DF on 11/06/2018 · 2 comentarios

Este espacio lleva prácticamente dos años semicomatoso, pero la propia naturaleza y los intereses del mismo hacen que vuelva a la vida de manera estacional. Básicamente, tiene dos picos: marzo (mes de la mujer) y junio (mes LGTBI). Tengo que agradecer a Ángel por el temazo de los superheroínos y a Begoña Villacís (primera y última vez que le agradezco algo, eh) por hablar de cosas con la seguridad del ignorante, pues han conseguido que me entren ganas de escribir cosas sobre este mes, porque ahora es un mes, no es un día. Durante junio todo lo que escriba (que igual es NADA) será alrededor del colectivo LGTBI, lo queer, el orgullo. En formato lista, y con canciones LGTBI insertadas para amenizar, comento algunas cosas que podemos hacer las personas marikas durante el mes (también el resto del año, este mes puede servir para adquirir hábitos) para nosotros y para los demás, en estos días en los que veremos muchas fobias y recibiremos muchas preguntas de compañeros de oficina, gente desubicada y heteros en general… ¡Feliz mes del orgullo, amigas!
1. Reivindicarse: en el pasado Primavera Sound se me ocurrió que si íbamos a ver a Migos, que en principio no íbamos y además acabaron cancelando, me llevaría la bandera arcoíris para montarles una manifestación durante su concierto, por homófobos y perras. Y ahí saltó la chispa: pensé que siempre hay que estar listo para manifestarse, que en cualquier momento alguien hace algo homófobo y mira, chica, si tienes la bandera a mano se la sacas, le gritas 4 consignas y que se vaya a casa calentito. Que alguien te llama maricón, bandera. Que oyes un comentario tránsfobo, bandera. Reivindicarse es necesario siempre, sobre todo en la vida pública, porque por muy cómodos que vivamos, que tampoco, la lucha no debe parar. Si en tu oficina es normal hablar de tu vida personal, de lo que hiciste el finde o de tus planes de vacaciones, no te cortes en dar el mismo nivel de detalles que tus compañeros heteros, habla de tu vida como lo que es: una vida más. Hay muchas formas de reivindicarse y reivindicar. Las redes sociales son perfectas para compartir contenidos que piquen, para generar conversaciones y soltar soflamas. Una bobada que se me ha ocurrido, por ejemplo, es que las próximas semanas intentaré que todo el contenido de mi tumblr sea LGTBI.
2- Ir a l’Alliberament, al Orgullo Crítico o a la mani combativa que tengas más cerca: es lo de todos los años: el Orgullo es divertidísimo, podemos ver a Camela y bailar a La Casa Azul, podemos sudar mientras vemos cómo desfilan carrozas, lo podemos pasar bien. Pero no nos olvidemos de Stonewall, de las travestís, de las compañeras menos visibles y de las putas realidades. Desde hace ya años se vienen montando manifestaciones críticas con el giro capitalista del Orgullo (Miss Shangay Lily, te echamos de menos, tía), el pinkwashing, el PP pidiendo espacio para añadir una traición más a esa España que tanto dice amar y la deriva de dinerito, negocio e invisibilización de los problemas generada por los intereses de políticos y empresaurios cada vez más arrinconados (espero). En Barcelona se celebra, y es además una jornada maravillosa, el día per l’alliberament LGTBI, una mani festiva, crítica y respetuosa que alegra la vida. En Madrid se organizan bajo el nombre de Orgullo Crítico, porque la verdad es que lo de Madrid cada vez tiene menos nombre con lo del Pride y los airbnbs llenos y tal. Un poco de grito y furia antes de la diversión, que no es incompatible.
3. Hacer proselitismo: nunca es mal momento para captar aliados para la causa. Las testigas van casa por casa, los evnagélicos se plantan en la calle con sus folletos, las ONGs explotan a gente para que ande por la calle pidiendo caso… Piensa en la gente que conoces y que no esté demasiado implicada, o que se implica en otras causas pero no especialmente en la lucha LGTBI. Serán, por lo general, hombres heterosexuales, homosexuales con privilegios económicos y/o de derechas, personas despistadas o demasiado liadas para añadir más jaleo a sus vidas. Pero apoyar causas no cuesta casi nada, y no hace falta pedir esfuerzos extra, solo hacer a los demás conscientes de la necesidad de la lucha por los derechos para todas, de la realidad de las discriminaciones y del largo camino que queda, que se puede acortar si ponemos todas de nuestra parte. Haz bandera de la lucha, consigue aliados. Lo que me lleva a…
4. Explica, da la chapa, suelta lecciones: no es el momento de ser humilde ni callado, si se te presenta la oportunidad de explicar algo de historia LGTBI, de argumentar el por qué de las luchas, hazlo. Explica cosas, generales y personales, pon ejemplos, intenta no ser condescendiente pero sí firme y convencido. Ponte en modo profesora, de las que aprenden, y regala alguna lección de convivencia, momentos clave de las reivindicaciones, pasado, presente y futuro. Por experiencia propia sé que a veces uno se siente el chapas del lugar, pero hablar sirve para ordenar ideas, generar diálogo, aprender, enseñar.
5. Intentar no comprar merchandising oportunista: llega junio y todas son maricas. Pero al final son maricas si hay dinero de por medio. Primark, H&M, Nike, Tiger… sacan colecciones cápsula de ropa, complementos y memorabilia LGTBI usando los símbolos para dar a entender que nos apoyan mazo pero haciendo caja inevitablemente. Por mucho que ame a Aja, que sea la modelo de la campaña de H&M me da lo mismo, no pienso comprar nada. Y lo de Primark, como bien contaron Estoy Bailando (biblia), es para mear y no echar gota. Mi consejo es que si necesitas urgentemente una bandera, un pin o una camiseta la pilles en alguna asociación, en algún puesto durante las celebraciones o que te la hagas en casa o con tus amigas o en una tienda de impresiones digitales o lo que sea.
6. Consumir contenido LGTBI, ociar en lo LGTBI, recomendar LGTBI: además de las campañas tradicionales y de los algoritmos de tu plataforma de streaming favorita, el boca a oreja es muy útil, sobre todo cuando quieres que amigos, conocidos y familiares entiendan tus posturas. Por eso, es importante (y político) recomendar con brío y cabeza. Las grandes cadenas, los gigantes de la música, los medios masivos, te van a recomendar lo que quieren venderte, no necesariamente lo que vaya a gustarte o sea afín a ti. Sin embargo, nosotros tenemos un poder (limitadísimo, pero poder) de evangelizar con las cosas que nos flipan. Ya he contado varias veces que, viendo lo que recomiendan las tiendas de libros en los santjordis y ferias, decidí leer mayoritariamente (durante temporadas casi en exclusiva) literatura creada por mujeres o personas LGTBI, porque son los menos recomendados y no quiero que La Casa del Libro me diga qué me va a gustar, porque casi nunca acierta. Así que aprovechando que además tendrán el morro de, por una semana, dar un poco de visibilidad a los contenidos LGTBI, recomendemos, veamos, leamos, escuchemos a nuestro colectivo, que si no trabajamos nosotros por encontrarlo, acabaremos haciendo lo que la media de la sociedad, que recordemos que considera que ser hetero y blanco es lo normal y lo demás es Lo Otro. Este mes pienso flipar con Pose, voy a quemar todavía más Euphorize de Cupcakke y Rizomas Salvajes de Las Bajas Pasiones, voy a darle por fin un tiento a Feminismo y Masculinidades de Jokin Azpiazu Carballo, iré a ver a Putochinomaricon al Sónar, si sobrevivo me pasaré por Furia Queer el día 17 y marginaré las propuestas aburridas y heteras. Así de claro. Que nuestra cultura sea nuestra, pero que no sea ajena a los demás.
7. Disfrutar mucho: si algo se nos critica desde la derecha y la ranciedad es que sabemos pasárnoslo bien a la vez que gritamos y luchamos. Estas cosas pican mucho al enemigo, así que sigamos haciéndolo. Pensar todo el rato en ser coherentes no es coherente, nadie lo es. Las contradicciones son tan necesarias como humanas, y muchas veces de cosas que en principio parecen opuestas o incompatibles salen nuevas vías que nos hacen más fuertes y más listos. Eso sí, que no se nos vaya la olla que luego pasa lo que pasa (Pride). Muchas veces pareceremos enfadados, otras demasiado frívolos. Y no pasa nada. Porque igual uno es frívolo y también se enfada y tiene buen humor y consigue hacer de la frivolidad protesta.
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De naada ❤ ❤
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parecemos compañeros de pastilla, que el bajón nos de a la vez estaría guapo ❤
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