Propositando (y gifs)
Leer: sí, leer. Libros. Y artículos web. Y revistas de papel. Leer, todo el rato. Aprender, informarme, disfrutar. Sobre todo el tema libros, que es el Guadiana de mi vida y lo mismo me leo 4 libros en un mes que estoy 7 sin abrir uno, al más puro estilo español medio del CIS. Acabé 2014 abandonando por sopor Madame Bovary (que mi amigo Alberto bautizó como Madame Bobalicone) y comienzo deglutiendo en un pispás Fun Home de Alison Bechdel. Lo siguiente, un ensayo sobre el mito de la vida artificial, (al menos) una relectura de Douglas Coupland y Dos damas muy serias de Jane Bowles. Y haré caso al consejín ese de apilar los libros pendientes en algún sitio visible, que cada día te griten que están ahí, que están engordando y que tienes que hacerles caso. Me gustaría, además, tener un Kindle molón, pero soy pobre y tengo el Kindle de los pobres: el carnet de la biblioteca pública.
Escribir: sí, escribir. En este blog. Y en medios web. Y si pudiera en papel, me chiflaría. Ojalá. Escribir mucho, por favor.
Estudiar: un idioma (¿francés?), un curso online, lo que sea. Volver a aprender por placer sintiendo también el peso de la obligación en la nuca. Tengo pendiente (dedos cruzadísimos) que me confirmen si empiezo o no una cosa interesantísima que podría ser un paso de gigante en mi carrera.
Ser aliado: callarme y escuchar cuando una mujer me cuente lo suyo. Atender a las feministas más. Leer mucho de ellas, sobre ellas, a favor de ellas y (para saber qué no) en contra de ellas. Empaparme. Detectar mis privilegios y desactivarlos en la mayor medida posible. No decir PUTA como insulto (excepto a mis amigos maricones, pero esa es otra historia sobre los insultos que debería desarrollar). Acusar al machirulo. Odiar la misoginia. Apuntar con el dedo índice y gritar «¡PATRIARCADO!» cuando algo me parezca mal. Escuchar música, leer textos, ver películas y asistir a exposiciones de arte hechos por mujeres. Introducir más cuotas en mi vida en general. Luego está lo de ser más activista de lo mío y ser más activista y menos pasivista en general. Salir, quejarse, llorar y gritar.
Votar: tengo muchísimo taco con el padrón, el censo y tal que tengo que arreglar pero que me da vagancia porque no veía elecciones a la vista, pero ya están aquí y sigo empadronado en otro barrio. No pude participar en el 9N porque en mi DNI pone que vivo en Madrid, y quiero tener todo en regla cuanto antes. Ahora, además, sumo que nuestro President está hecho un lío y no sabe si las elecciones serán el mismo día que en el resto del Estat o irá a su bola y serán antes. Siempre voto, eh, pero es que en 2015 la cosa va a estar súper emocionante, lo vamos a votar TODO y personalmente tengo sueños felices y premonitorios en los que la alcaldesa se llama Ada Colau y la gente va contentísima por la vida.
Entrevistar: me gusta hacer entrevistas, pero casi todas las que he hecho han sido por mail o no han salido a la luz por razones que no vienen al caso y siempre son para otros medios. Me gustaría, y esta idea lleva rondando al menos un par de años, hacer entrevistas a gentes que admiro y que están cerca de mí y publicarlas aquí. De hecho, si hiciera lo que tengo pensado, constituirían una nueva sección que volvería (en cierto modo) a los orígenes de este sitio.
Salud: dinero y amor, para completar el cliché. Sí, más que salud, volver a hacer deporte, que en 2014 me he abandonado bastante. Y también comer mejor. Ahora que cocino más que nunca, es el momento para aprender a disfrutar de comidas saludables, que lo que me gusta es cebarme y zampar sin parar. Ya lo he hecho otras veces, lo de ser saludable, y siempre es lo mismo: un mes de sufrimiento, luego me acostumbro y me convierto en mejor persona. Sí, sí, sí a un 2015 a tope. Pero no, no, no a volverse loco con la salud y dejar de hacer cosas perjudiciales pero molonas y divertidas y refrescantes tipo beber sin control de vez en cuando, fumar, comer grasa, hincharse a burbujas, tomar sustancias… Tiene que haber un tiempo y un lugar para todo. Que a mí lo de dejar un bonito cadáver me la sopla bastante.
Películas: igual que con los libros, cada vez echo más de menos ir al cine de manera frecuente. Aquí entra otra vez mi vagancia, pero también, y sobre todo, mi pobreza. Vale, que una entrada cuesta lo mismo que una copa. Me parece estupendo. Y el alquiler del mes cuesta lo mismo que una chaqueta de Urban Outfitters. Cosas que se comparan. Mi plan es sacarme de una puta vez la tarjeta de los Renoir y así sentirme obligado a ir. Aunque puede pasar cualquier cosa, como que la tarjeta del Renoir se convierta en la nueva tarjeta del gimnasio: eso que pagas y no usas.
Comprar: poco y razonablemente. Discos y singles bonitos. Ropa necesaria. Un capricho cada dos o tres meses. Todo previo pensamiento y sabiendo lo que tengo y lo que me puedo permitir. Compra responsable, en la medida de lo posible (en la medida de tu nómina, vaya).
Pensar: antes de hablar, en mi tiempo libre, en el trabajo, mientras escribo, cuando duermo. Organizar mi cabeza y aprender a pensar. También pensar en los demás, no precipitarme, dedicarle tiempo a otros que no sean yo, que así empezaré, probablemente, a caerme mejor (tampoco es que me caiga mal, pero bueno). Prestar más atención a mis amigos, a mi novio, a mi familia, ceder y aprender a disfrutar con los demás. Arrinconar, en definitiva, el ego y la fobia social que a veces tengo.
Portugal: me faltaba entre los propósitos más cliché el de viajar. Sé que viajaré al menos a dos sitios, Madrid (familia) y Estocolmo (bodorrio). Estos no son propósitos, sino realidades. Pero mi propósito es sacar perras de donde no las haya para poder pagarme un vuelo y una estancia de entre 3 y 5 días a Lisboa. Mi Erasmus fue allí de septiembre de 2004 a junio de 2005. Hace 1o años. Tengo medio año para celebrar el aniversario.
Felicidad: acumularla, ahorrarla, malgastarla, disfrutarla. Ser lo más feliz que pueda. No avergonzarse de ser cursi o naif.