Mis lecturas de 2015

Este año he estado bastante disciplinado con la lectura. Hasta he estado disciplinado con mi propia indisciplina, y he ido apuntando los libros según los iba terminando, para no olvidarme de nada y poder ponerme retos para el 2016. En 2015 me había puesto como primera norma intentar primar libros escritos por mujeres, ya que por lo general los medios y los comercios recomiendan automáticamente libros escritos por hombres, y como segunda intentar leer mucho. He incumplido, más o menos, las dos: 20 libros no son muchos, son menos de 2 al mes, y de esos 20, solo 11 son de autoría femenina. Así que ya tengo un punto de partida para el año que viene, superar estas dos marcas, y, de hecho, ya me estoy poniendo con ello: estoy leyendo a J.K. Rowling y al menos los siguientes 3 títulos ya están decididos. Mientras tanto, estas son mis lecturas de 2015, ordenadas cronológicamente:
- Fun Home de Alison Bechdel: obviamente, conozco el test de Bechdel y sé de dónde viene, pero no había leído nada de Alison Bechdel más allá de viñetas sueltas en webs feministas internacionales. Así que mi amiga Ana me prestó su obra más conocida, creo, Fun Home, y no pude empezar mejor el año. Un libro denso, difícil y contradictorio, un poco egocéntrico, y muy disfrutable. Cuenta la complicada relación de la autora con su padre, así que el egocentrismo está justificado (aunque en ocasiones se haga un poco pesado).
- Dos damas muy serias de Jane Bowles: otro préstamo, esta vez un poco vergonzoso, pero que voy a contar. Este libro me lo prestó mi amigo Marc hace varios años y lo he tenido muerto de risa en la estantería. Y cómo me arrepiento. La historia de dos mujeres excéntricas contada con mucha excentricidad y, sospecho, con una traducción (es la edición de Anagrama) también excéntrica, que en momentos parece uno de esos relatos que Chico y Chica escriben tan bien. Desde luego, la sorpresa del año. Y se lee en un plis.
- Monstruo Espagueti de Anastasia Bengoechea: el regalo de Carla por mi cumple. Divertidísima y certera, Monstruo Espagueti habla de las miserias modernas, de feminismo, de amigas, de redes sociales, de amor y de dinero. Un libro al que volver una y otra vez.
- Super-Cannes de G.J. Ballard: como ya había pillado el ritmo con los tres anteriores, decidí retomar Super-Cannes, que lo había abandonado. Y lo terminé rapidísimo, porque es trepidante. Una historia sucia, bastante machista por otra parte, sobre una especie de Silicon Valley europeo situado en Cannes bajo el nombre de Eden-Olympia en el que las leyes no sirven y en el que los hombres poderosos hacen y deshacen a su voluntad. Niñas, violencia, inmigración, ciencia, investigaciones privadas. No es el libro de mi vida, pero me entretuvo bastante.
- PornoBurka de Brigitte Vasallo: empecé a leer un artículo en un número de Bulbasaur sobre este libro y no lo terminé porque quería leerlo antes de seguir con la reseña. Y este sí que está en mi top de 2015 por varias razones: porque la historia ocurre en mi barrio (el Raval), porque se carga toda convención sobre el islam, porque pone en jaque las definiciones de hombre, mujer, homosexual, feminista, progresista, mente abierta… PornoBurka es una novelita divertidísima, de lectura rápida, anárquica y, sobre todo, incendiaria. Uno se pregunta con frecuencia mientras lo lee si la carcajada que acaba de soltar es correcta, colocando nuestros presuntos principios en una cuerda muy floja. Ya lo he regalado este año y lo he prestado (y no sé a quién, quien sea que me lo devuelva, cojones).
- No soy ese tipo de chica de Lena Dunham: un artefacto para fans de Lena Dunham como yo. Ensayos sobre su vida, cosas que piensa, opiniones sobre ser chica, ficciones y realidades mezcladas y muy bien mezcladas, y la asombrosa rapidez mental de la ídola Dunham en estado puro. Si te gustó Tiny Furniture y el SNL de ella y te gusta Girls, No soy ese tipo de chica es un capítulo más que complementa todo eso.
- 2013 de Lucía Muñoz Molina: mucho he tardado en leerlo, pero es que estaba descatalogado, no lo encontraba por ningún sitio. Al final, lo subió la editorial en pdf y así lo leí. Es tan cortito que ni se resiente la vista. Y tan divertido como esperaba: un futuro distópico en el que el bien ha ganado y tomado el poder y ha decidido reeducar a todo aquel que no haya entendido la nueva sociedad. 2013 se centra en un grupito de blogueras de moda para explicar el asunto, y entre chistes de tejidos y machistas, la autora nos monta una realidad que ojalá fuera realidad.
- ¿Eres mi madre? de Alison Bechdel: ya que me había gustado tanto Fun Home, mis amigos me regalaron la última novela. Y otra vez me gustó. Esta vez habla de su madre, una señora muy suya, y Bechdel vuelve a ponerse como el centro de la historia, que toca un tema muy manido, el proceso creativo. Agradecí esta vez que estuviera traducido, porque Fun Home me costó mucho. La prosa de Bechdel es enrevesada.
- Pequeño Circo de Nando Cruz: la gran obra definitiva del indie español. O no. Pero al menos, la cuentan muchos de sus protagonistas. Ya escribí largo y tendido sobre ella en La Fonoteca y aquí mismo.
- La chica del grupo de Kim Gordon: no soy muy de biografías/autobiografías, prefiero los ensayos puros, la ficción o las cosas de inspiración biográfica (como lo de Monstruo Espagueti, lo de Lena Dunham o lo de Alison Bechdel). Pero Kim Gordon es ídola y no podía dejar de leerme sus cosas. Y me han gustado, sí, pero no me han chiflado. No sé, me parece que quiere desnudarse a tope y se queda un poco a medias, y que es menos crítica de lo que ella se cree que es. Pero claro, mola leer cómo era Nueva York en los 80 desde el punto de vista de una chica de clase media alta de la Costa Oeste, mola saber de primera mano los inicios de Sonic Youth, mola (no por disfrute, sino por todo lo contrario) asistir al relato del fin de una relación de varias décadas contadas con tan pocos miramientos. Desde luego, merece la pena. Aunque espero que siga escribiendo, en vez de su vida, sus opiniones y pensamientos sobre el arte, la tele, la música, lo que sea.
- Tus muertos favoritos: mis amiguitos de La Fonoteca me pasaron este libro que es una delicia para todo amante del pop como cultura. Una colección de cromos con pequeñas bios de los mejores muertos, los más ilustres. Está Divine, ahí no más.
- Vainica Doble de Fernándo Márquez: en verano tenía ganas de releer, y esta entrevista a Vainica Doble es una maravilla, una de esas publicaciones que podrías andar subrayando todo el rato, llena de frases ingeniosas, lecciones de vida y sabiduría. Porque Carmen y Gloria son lo más. Y este libro no hace más que demostrarlo.
- Bossypants de Tina Fey: ahora, haciendo repaso, me doy cuenta de que he leído mucho libro de celebrity. Tina Fey es mucho más que eso, pero el de Lena Dunham es un poco una evolución de este Bossypants, en el que Fey habla de su vida, sí, pero sobre todo de ser mujer, ser jefa, ser graciosa, ser madre, ser lo más, ser un desastre. De ser Tina Fey. Y de serlo con mucha inteligencia. Probablemente para el año que viene tenga que leerme el de Amy Poehler para completar.
- Indies, Hipsters y Gafapastas de Víctor Lenore: el libro de 2014, la comidilla de las webs de moda, el grito en el cielo de la escena. El librito-panfleto de Lenore no pasa de ser una cosa escrita con mala leche, sin corregir, en el impulso del momento, sin justificar demasiado casi nada, lanzando dardos a diestro y siniestro. Si uno saca 2000 fotos de la misma cosa, algunas saldrán bien, y creo que es lo que pasa cuando uno termina el libro: tiene razón (y está justificado) en algunas cosas, pero otras están tan cogidas por los pelos y bordean tanto lo que él mismo critica (se lía un poco con el cine político y con el racismo y África y no hace casi crítica del machismo general) que a veces es complicado tomárselo en serio. De cualquier manera, es una lectura que se hace a modo cortocircuito (yo me lo fulminé en un viaje Barcelona-Madrid de AVE) y que no está de más. Lo más guay: el prólogo de Nacho Vegas.
- Europa de Luis López Carrasco: precisamente López Carrasco es uno de los blancos aleatorios de Lenore. Y como lo conozco y sé lo equivocado de la reflexión, decidí acto seguido hacer un poco de justicia interior y leerme su colección de relatos cortos. Una mirada al futuro sin grandes aspavientos, directa, que asusta y angustia. Como El Futuro, pero al revés. Vamos, que lo de ahora pero visto desde el futuro, no desde el pasado.
- Vainica Doble, la caricia pop de Marcos Gendre: este ha sido el libro que más me ha costado leerme de 2015. Y no es que sea complicado, ni aburrido. Es que me iba calentando cada vez que pasaba página. Cuando uno es muy fan de algo (en este caso, de las Vainica), espera encontrar complicidad, comprensión e incluso nuevos puntos de vista en la literatura sobre el asunto. Y mira que hay poquísima literatura de Vainica Doble, es todo un filón para brillar y hacer cosas nuevas. Pero una cosa es aportar una visión propia y otra mezclar churras con merinas (de repente, todo el mundo está influido por las Vainica. Si nos ponemos, el robot nuevo de Star Wars está inspirado en las Vainica). El momento de más dolor es cuando intenta explicar El rey de la casa y lo entiende todo al revés. Qué sufrimiento.
- Freedom de Jonathan Franzen: este libro también lo abandoné hace años. Pero como estaba de frenesí lector en verano, pues lo empecé de cero. Y lo leí con mucha facilidad, lo disfruté y me gustó. Me gustó a pesar de sus aires bigger than life y de sus personajes, a cada cual más odioso y triste. Un novelón de esos comerciales, de entretenerte hasta cuando habla de pájaros raros. Yo soy team Patty, por cierto. Ahora quiero leer más de Franzen, pero de momento esperaré un poco, que puede ser un poco cansina tanta grandeza autoimpuesta.
- Sumisión de Michel Houellebecq: de las pocas novedades de ficción publicadas en 2015 que he leído. Leo todo lo de Houellebecq, casi por tradición. Parece que tiene el piloto automático puesto, sigue provocando, aunque ahora con algo más de calma. Esta vez vuelve a enredar con el islam, una de sus obsesiones, pero es más un libro sobre literatura y tristeza que otra cosa. En realidad, como el título indica, casi un ensayo sobre la sumisión. Mucho mejor, dónde va a parar, la peli que protagonizó sobre su secuestro, puestos a elegir de su trabajo reciente. No es su mejor libro, desde luego.
- How to be a woman de Caitlin Moran: me lo compré en inglés temiendo no entenderlo bien, creía que me encontraría con una macarra inglesa escribiendo como hablaría una macarra inglesa, pero no. Creo que las mujeres lo disfrutarán mucho más, pero yo me lo pasé como un enano leyendo sobre infancias en pueblos, tallas de sujetadores, pedos de Lady Gaga y partos traumáticos. Y, aunque no esté de acuerdo con todo lo que cuenta, ¿quién soy yo para opinar? Una lectura de esas que fui dejando y he acabado amando. Ahora quiero más.
- Heridas abiertas de Gillian Flynn: el último libro que he terminado en 2015, recomendado por la grandísima Estela. Una novela negra, de esas de resolver un crimen, que se lee alegremente y se disfruta sin remordimientos. Rendido he caído a los pies de Camille, la periodista que se autolesiona protagonista, una mujer con muchos conflictos y que, sin embargo, se conoce a sí misma mejor que nadie, no duda de su personalidad y va por ahí con sus inseguridades callando bocas. A pesar de intuir el final a mitad de novela, el placer es el mismo porque, en realidad, quién es el asesino es lo de menos. Otra autora, Gillian Flynn, a la que voy a seguir la pista en 2016.
Coincidimos en unos cuantos! Supongo que es bueno 🙂 Podemos hacer un Bechdel de vuelta y me dejas tu el de su madre?
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Hemos coincidido en unos cuantos! Hacemos un Bechdel de vuelta y me dejas el de su madre?
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