Lo público y la igualdad: cuando las instituciones ponen de su parte

Bajo la excusa de la crisis financiera, los gobiernos occidentales han atacado, principalmente, a los derechos civiles, a la libertad y a los servicios públicos, dejando de invertir en progreso y avances sociales bajo el pretexto de que lo principal era pagar una deuda que los mortales no acabamos de entender (la decisión de priorizar deuda y la propia deuda en sí). Nos han dicho, desde aquel fatídico día de 2010 en el que Zapatero nos apuñaló dando carta blanca a los recortes en sanidad y educación, que era lo que tocaba, que no había otra, que hay que hacer sacrificios ahora para no sufrir en el futuro. Sacrificios como expulsar a los jóvenes del país, retirar la sanidad a los que no sean españoles de bien, degradar la educación, dejar de atender a dependientes, humillar la memoria histórica, dejar temblando los presupuestos para combatir enfermedades como el SIDA, dejar de lado problemas estructurales (pero no prioritarios, parece) como la igualdad, los cuidados, la familia, el acoso, la diversidad, la integración… En fin, nada que no sepamos todos, pues hemos permitido que lo hagan, observando impotentes cómo nos arrebataban lo más básico para pagar otras cosas.

Mención y párrafo aparte merecen las «reformas», más bien los pasos atrás, que ha intentado llevar el último ejecutivo en el que el ahorro no tenía anda que ver y que ha atentado directamente contra la libertad y la igualdad: la reforma educativa, la ley mordaza o el intento, fallido, de volver a criminalizar el aborto, en un claro ejemplo de señor de derechas ultracatólico tratando de legislar sobre el cuerpo de las mujeres. Aunque creyeran que los recortes en libertades y derechos no les pasarían factura, las elecciones han demostrado que se equivocaban. Ya antes, en campaña, C’s se hundió sin posibilidad de salvación por su poco interés en estos asuntos, acabando con su propio hype por no entender el patriarcado (y ya no hablemos de intentar acabar con él). En un giro de justicia poética, triste pero real, su líder en Catalunya está siendo estos días juzgada por su manera de vestir y por su físico.

Inés Arrimadas descubriendo cosas

Inés Arrimadas descubriendo cosas. Bienvenida, Inés.

La cosa, hay que reconocerlo, está empezando a mejorar. Por una parte, porque es casi imposible empeorarla, está deterioradísima. Pero, por otra, y mucho más importante, porque los ciudadanos nos hemos plantado y hemos apostado por alternativas para los gobiernos de nuestras ciudades. Han sido éstas, sin duda, las que han puesto en marcha el cambio de mentalidad, demostrando que es posible hacer políticas justas sin necesidad de invertir muchísimo, simplemente poniendo en marcha iniciativas, haciendo campañas, poniendo el foco el ciertos temas de base. Hemos visto cómo el Ayuntamiento de Madrid colgaba en 2015 por primera vez la bandera arcoíris: un acto simbólico, que no soluciona nada, pero al menos muestra apoyo, convierte el lugar en un sitio al que acudir. Es un ejemplo un poco bobo (como ya conté, en Barcelona lo hacían gobiernos anteriores, de CiU), pero me sirve para ilustrar. También tenemos el parlamento con más presencia de mujeres de la Historia, con algo más del 40%. Y una mesa del Congreso con 4 vicepresidentas (y un presidente vasco e indie, así para completar).

Barcelona está siendo un gran ejemplo de todo esto del cambio. La sensibilidad de Ada Colau con los oprimidos, con los grupos desfavorecidos, con la injusticia social es algo conocido desde hace años. Y no decepcionó. Nada más empezar, al reordenar la organización del consistorio, llamó la atención (sobre todo de algunos sectores de la prensa que o no se enteran o se enteran demasiado bien) la creación de la Concejalía de Ciclo de Vida, Feminismos y LGTBI. Un nombre largo, inclusivo, que personalmente me llenó de esperanza. Por el plural de feminismos y por la i de LGTBI, poco comunes (aunque los QA digan que hay que usar GODI, yo ya soy un poco viejo y comodón). Otros ayuntamientos han optado por otras soluciones más clásicas, como igualdad, equidad o diversidad. Otros, como el de Zaragoza o el de Ferrol, no tienen concejalías dedicadas en exclusiva a igualdad, la tienen integrada en otras concejalías más amplias. Volviendo a Barcelona, a final de 2015 los ciudadanos nos hemos topado con dos campañas institucionales que marcan muchas diferencias. La primera tiene que ver con la proclamación oficial de Barcelona como ciudad antimachista. Una campaña gráfica por toda la ciudad bastante imaginativa, que convierte el acoso habitual en motivo de denuncia. Las campañas de los ayuntamientos, muy propensas al autobombo y a contar las maravillas del gobierno, dan paso a temas más importantes, más globales y estructurales, dirigidas ahora a concienciar, a informar de los recursos de los que disponen las ciudadanas en el ayuntamiento.

Eso es intimidaciónSi una chica dice no, es no

La segunda, según se acercaba la Navidad, convivía con esta. Y hablaba de consumo responsable, de mercadillos sostenibles y… de juguetes sexistas. Otra forma de concienciar sobre los roles de género impuestos, lacrados. La campaña recordaba que las personas no son rosas o azules, que todos pueden jugar a todo. Y hacía pensar en lo absurdo del asunto. Recuerdo sentir mucho orgullo la primera vez que vi uno de los carteles en la calle. Atendiendo a la poco fiable reacción tuitera, la campaña gustó bastante (y no hubo mucha respuesta facha).

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Madrid tampoco se ha quedado quieta. A los carteles simbólicos en apoyo al colectivo LGTBI y a los refugiados se suman acciones reales, de las que implican, conciencian y ayudan a construir nuevas realidades. Me he fijado en dos, una de ellas de esta semana: Manuela Carmen entregó los diplomas de los cursos del Ayuntamiento dirigidos a mujeres víctimas de la explotación sexual. Puestos en marcha en septiembre, es una de las soluciones de futuro que propone la corporación para dar alternativas a mujeres que han sufrido trata para poder «reinsertarlas» mediante formación. Me ha flipado.

Capturaahora

También presentó hace un par de meses una campaña para no excluir a NADIE de los servicios sociales, una de las puntas de lanza de los ayuntamientos. Quieren asegurar que todos los habitantes de Madrid, tengan papeles o no, tengan asegurado un médico. El ayuntamiento se encargará de ello.

La última de Madrid es la que más me ha entretenido, la verdad. Procede de MediaLab Prado, ese centro de investigación ciudadano y cultural. Con la ayuda de este centro, dentro de su III Taller de producción de periodismo de datos, se ha creado el Mapa del Poder Femenino,  una web que recopila la situación de las mujeres respecto al acceso a la toma de decisiones en España. Así, podemos saber cuántas mujeres hay en los distintos poderes públicos, en el IBEX35, la presencia y tratamiento de la mujer en los medios y otros datos comparados y muy curiosos (e indignantes, claro). El vídeo lo resume muy bien, pero lo suyo es bucear la web.

Saliendo de España, pero con un tema de actualidad (los cuidados y las bajas por paternidad/maternidad), dos noticias han llamado mi atención. Por un lado, Suecia ha reforzado la baja por paternidad, tratando así de reforzar el papel de los hombres en el ámbito privado y en los cuidados y crianza de los niños. Desde que el país comenzó estas políticas, a finales del siglo XX, las bajas por paternidad siguen creciendo en número y en duración. Ahora están en un 25%. La ampliación consiste en aumentar de 2 a 3 meses los meses para padres, además de los 16 meses (esto aquí es ciencia ficción) que se pueden repartir entre los dos progenitores. La segunda noticia viene de Japón, y leyéndola me he enterado de que también tiene unas leyes súper avanzadas sobre bajas: los progenitores pueden coger hasta 52 semanas con un 60% de su sueldo, a repartir como quieran entre hombre y mujer. La cosa es que solo un 2% de los hombres piden baja, y un diputado de 34 años se va a acoger a la ley. Así, será el primer diputado en hacer uso de SU DERECHO. La noticia no pasaría de anécdota si no fuera porque Kensuke Miyazaki ha recibido muchísimas críticas en el parlamento, incluso de miembros de su propio equipo, que le han dicho que contrate a una niñera.  Más políticas públicas dirigidas a la igualdad que, paso a paso, hacen historia.

Desde México me envía mi amiga Henar unas fotos de unos murales. Empiezo a investigar. Y sí, mola mucho: la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Fideicomiso del Centro Histórico de Ciudad de México se aliaron a finales de 2015 para ceder una serie de espacios a artistas de street art. Una camapña dirigida a hombres, con la intención de concienciar, educar y prevenir. El hashtag usado lo resume bien: #NaciHombreNoMacho. El México el acoso es un problema de tal calibre que el metro tiene vagones exclusivos para mujeres.

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Acabo con el manspreading, esa manía machirula de ocupar el espacio público. Se suele centrar en los medios de transporte, y no hay más que entrar a cualquier metro para ver que esto es así: chicos y señores abiertos de piernas como si estuvieran solos. Lo puso en el mapa este tumblr, y finalmente Nueva York ha decidido hacer una campaña contra el manspreading en su red de metro. Me suena haber visto que en Japón ya se hacía, pero no consigo encontrarlo. En cualquier caso, desde NYC el asunto tendrá un amplificador más grande, así que a ver si se animan otros consorcios del mundo a aplicar multas (el primer detenido en Nueva York fue en primavera de 2015).

 

Comments
One Response to “Lo público y la igualdad: cuando las instituciones ponen de su parte”
  1. Fil0gelos dice:

    Y mientras en el mundo cilivizado avanza la igualdad en España cada vez más muertas….

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